martes, 10 de febrero de 2015

Nombre de Guerra (2)


- Vamos muñeca, tienes que estar lista a tiempo.-

Ese maldito asqueroso interrumpe mi tranquilidad con solo presentarse en mi cabeza. Verlo en persona me provoca nauseas solamente.
Marty tiene poco mas de 40 años. Es un hombre atractivo y simpático. O eso aparenta a primera impresión. Lo conocí hace 5 años aproximadamente cuando buscaba trabajo desesperadamente después de la muerte de mi padre. Tenía que encontrar un trabajo para sobrevivir y terminar mis estudios tal y como les había prometido a mis padres.

Recuerdo que una semana después del entierro fui con la vecina a pedirle el periódico prestado. Salí con un tupperware con caldo de pollo y arroz, una jarra de chocolate caliente, pan dulce y el periodic0 Los vecinos sentían lastima por mí. Había quedado sola en el mundo y ellos solo querían darme su apoyo.
Al llegar a casa me senté en el comedor con una taza de chocolate a buscar empleo. No podía quedarme a llorar toda la vida. Encontré un  viejo lápiz de color que usaba mamá al hacer su costura y comencé a buscar un empleo apto para una joven de apenas 17 años.

"Solicito mujeres de 17 a 30 años para atención a clientes en restaurant local. Sueldo + Prestaciones + Propinas. Horario flexible a tus necesidades"

Llame inmediatamente al teléfono y concrete una cita con el señor Marty. Busque ropa formal para una entrevista de trabajo y tome un taxi para el lugar, en aquel entonces aun no compraba mi abrelatas de auto que tengo ahora. Al llegar al lugar, era una oficina pequeña y bien iluminada. En la recepción había una exuberante joven sentada en un escritorio de madera vieja, trabajando en una laptop y una taza de té por un lado.

- Buenas tardes, vengo con el señor Marty.
- Tu nombre es Kat, ¿cierto?
- Así es.
-Toma asiento. Le diré al señor Marty que ya estas aquí. - Me miro de pies a cabeza como si fuera un escáner, sonrió, dio la media vuelta y entro en una puerta junto a su escritorio.
 Sentí frio en la columna vertebral. Primera señal.

Después de unos minutos se acerca nuevamente.

-         -Adelante Kat, mucha suerte aunque creo que no la necesitaras.

Entre a la oficina de mi posible futuro jefe y esta era igual que la recepción. Pequeña, muy iluminada y con una decoración exquisitamente sencilla y elegante en tonos verdes y cafés. Detrás de un escritorio que contrastaba al viejo escritorio en la recepción estaba un hombre de no más de 40 años, muy bien parecido y enfocado en una computadora lujosa. Vaya, ese restaurant deja buenas ganancias.

-          - Hola Kat, buenas tardes. – Vaya, el tipo tiene sonrisa de comercial de pasta dental. Ojos verdes y penetrantes. Me extiende la mano para saludarme.

- Buenas Tardes señor Marty.

- Llámame Marty, nunca me han gustado las formalidades. Dime Kat, que te ha traído hasta mi buscando trabajo?

-En realidad necesito solvencia económica. Mis padres fallecieron y me he quedado sin apoyo económico para mis estudios y necesidades básicas.

- Siento mucho la muerte de tus padres. Así que eres estudiante - anota en una libretita y me contesta - Me gusta que mis empleadas busquen algo más. Es por eso que la mayoría son estudiantes, si no te molesta, ¿Me podrías proporcionar el horario en el que estudias?

- Por las mañanas, me desocupo regularmente a las 5 de la tarde. – Salía a la 1 pero necesitaba tiempo para mis tareas y estudiar para los exámenes.

- Mmmm...-lo escribe en su libreta.- Que edad tienes Kat?

-17.

-Perfecto. Veras, el empleo como lo decía en el anuncio, es tratar con clientela masculina. Es por eso que busco solamente mujeres.

- El anuncio dice que es un restaurant.

-Restaurant/Sport Bar. Tenemos clientela femenina, pero el negocio ha criado la fama del lugar perfecto para que los hombres de negocios puedan relajarse y ver sus partidos favoritos. Tu trabajo seria ser mesera. Levantar pedidos, limpiar mesas, llevar ordenes...tu sabes,  el típico trabajo de una mesera. Y no te preocupes, si alguno de nuestros clientes quiere sobrepasarse contigo, contamos con cámaras de seguridad que te respaldan y personal de seguridad. – Hace una pausa y se reclina en su lujosa silla de cuero.- El sueldo son 500 dólares semanales, y a eso súmale tus propinas. Créeme, nuestros clientes son muy generosos. Seguro de gastos médicos y tienes la oportunidad de faltar 3 vez al mes si necesitas estudiar para tus exámenes. Esto no afectara a tu salario siempre y cuando demuestres que fue para tus estudios.
Además tenemos una dinámica entre las chicas estudiantes. Al final del semestre, la que obtenga el mejor promedio obtiene un bono extra de $300 dólares. Tú sabes. Para la inscripción.  ¿Qué dices?

Puta madre, esto es demasiado bueno para ser verdad. Segunda señal.

-        --  ¿Y qué pasaría si al final no me siento cómoda?

-    -- No te preocupes. Tienes la oportunidad de probar un mes. Si te sientes bien, te contratamos, además esto nos ayuda a evaluarte.

Piensa bien las cosas Katrina. Todo esto es demasiado para un simple trabajo de mesera.
-          
     -Todo esto suena muy bien. Pero aun así necesito pensarlo.
-     --  Claro, consúltalo con tu almohada y llámame en 24 horas. Si te decides a trabajar con nosotros, te envió la documentación necesaria por correo electrónico. – Me extiende una pequeña tarjeta de presentación y se levanta para despedirme.

Salgo de la oficina y le digo adiós a la despampanante recepcionista. Al llegar a casa busco las llaves entre mi bolso pero me sobresalta mi vecina del caldo de pollo. Tiene una cara de preocupación que no puede con ella.

-          -- Kat, lo siento. El dueño de la casa donde vivías te dejo esto.

“¿Vivías?” Me extiende un sobre y se marcha. Al entrar a casa me dejo caer en el viejo sofá y abro el sobre.  Era una orden de desalojo. Con la enfermedad de mama, quedamos en la ruina. Después de que murió papa cayo en el alcoholismo sin mejorar nuestra situación económica. Desconocía completamente que teníamos más de un año sin pagar renta. Y ahora tenía que abandonar la casa en 2 días.
Y ahora que carajos iba a hacer. No tengo nada. No tengo a nadie. Meto las manos a mis jeans y siento un trozo de papel rígido. Es la tarjeta del señor Marty.
Tomo el teléfono y marco el número celular que viene en la tarjeta.

-          --Señor Marty. Habla Kat. Acepto el trabajo.

-          -- Excelente decisión muñeca. – Tercera señal.




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